En la mente del estoico
La felicidad no es la ausencia de obstáculos, sino la habilidad de abrazarlos y transformarlos en una oportunidad para el crecimiento y la superación personal.
– ChatGPT sintiéndose Marco Aurelio
La frase anterior, escrita por el empleado más explotado del mundo actualmente, es una muy buena aproximación a lo que los descendientes de la Stoa de Atenas y de Zenón de Citio filosofaban en la época. El obstáculo es el camino.
Casi 2000 años y seguimos viendo hacia atrás para intentar comprender las reflexiones de personas que comprendían ya el mundo mucho mejor que nosotros (aunque en algunas cosas se les iba un poco). La cuestión es que uno de los pilares del estoicismo es esa mirada imparcial ante los problemas, esa virtud que desarrollan aquellas personas que abrazan las situaciones difíciles con la mejor de sus caras. En definitiva, la confrontación de lo fácil, banal y rápido contra lo adverso, complejo y desafiante.
La mentalidad del estoico busca darle la vuelta a las situaciones desfavorables o que suponen un camino más largo, pues saben que la consecución del objetivo y el propio camino será más fructífera, gratificante y mejor a largo plazo que la sencilla.
Hipérbole histórica
Si viviésemos en una balsa de aceite toda nuestra vida en la que se nos da todo hecho y no se nos pone a prueba en ningún momento, estaríamos muertos. Os pongo un ejemplo:
Lucy, originaria de Etiopía hace un par de años (unos 3.5 millones de años, año arriba año abajo), vivía con un amable homínido varón, no precisaban de mucha comida para sobrevivir y el Airbnb de la cueva les salía barato.
Pasaron unos años y Lucy engendró 4 criaturas y la comida empezó a no ser suficiente. La pobre hadareña, se vio en un compromiso: o bien se arriesgaba a salir a por animales más grandes para comer o bien sus hijos no podrían crecer mucho.
Por suerte para la humanidad Lucy eligió la opción más compleja y se arriesgo a ser devorada por un animal más grande que ella, pero a su vez consiguiendo más comida para su familia.
Como ya bien sabemos, Lucy y sus descendientes fueron eligiendo el camino necesario para progresar, el cual, habitualmente, era el más difícil y peligroso. Esta historia contada de manera tan burda es una metáfora de lo que los filósofos estoicos promulgaban: el obstáculo es el camino.
El entorno laboral
“Experiencia”. Creo sinceramente que no existe ninguna tecnología, lenguaje de programación, certificación, idioma, etc. Que se pague tanto como la experiencia.
Muchos de vosotros/as os habréis dado cuenta a lo largo de vuestra carrera que os enfrentáis a problemas y dificultades monstruosas de las cuales conseguís salir del paso. Pasa que, luego de un tiempo se nos presenta una situación similar o igual a esa experiencia que hemos tenido y nuestra cabeza nos empieza a advertir de todo lo que hemos hecho bien y mal anteriormente. Esto es la experiencia contada a grandes rasgos.
Y es que la capacidad de resolución de problemas y la habilidad para prevenir y gestionarlos no es algo innato en nuestros orígenes, sino que es algo que desarrollamos en base a nuestras vivencias. Y, sí, se puede entrenar, es más, lo entrenamos en mayor o menor medida cada día con cada acción y decisión que tomamos.
A pesar de este entrenamiento pasivo, que es la vida misma, existe otra forma de mejorar estas habilidades. Esta es aquella que comentábamos en la sección anterior: abrazar el obstáculo y transformarlo en una oportunidad para el crecimiento personal. Pongamos un par de ejemplos:
- Si en tu trabajo tienes una dependencia de un proveedor X, y por algún motivo tu proveedor no te da servicio justo cuando lo necesitas. En vez de encerrarte a discutir con el proveedor, aprovecha la oportunidad para buscar otras alternativas a ese proceso, busca la manera de internalizar el servicio que te está dando o incluso reorganiza tu flujo de trabajo para poder prevenir los fallos de disponibilidad.
- Si la calle por la que siempre vas andando está cortada y te obliga a caminar más, no lo veas como un problema. Míralo como una oportunidad para estar más tiempo en movimiento al día.
- Si has perdido tu trabajo, tienes una oportunidad magnífica para convertirlo en un punto de inflexión laboral y explorar opciones que antes ni te imaginabas.
Todo esto lleva mucho tiempo, no es algo trivial, pero debemos tener en mente que un momento de crisis es un momento de cambio, de reflexión y de oportunidad. Centrarse en lo malo del momento no lo va a solventar, ahora bien, aprovecharlo nos convertirá en una mejor versión de nosotros mismos.