Nadie dijo que fuera fácil. Es más, en la mayoría de los casos no sólo es difícil, sino que también es: desesperante, agotador, frustrante, intenso, emocionante, cansado, lento, exigente, frustrante otra vez, caro, angustiante, agobiante, abrumador, aburrido, estresante, fastidioso, complejo… Podría seguir, creedme.
Un proceso de selección no es algo que se pueda tomar a la ligera, ya que de él depende en gran medida el beneficio económico de las dos partes interesadas: el empleador y el empleado. Nace una relación que deberá convivir ocho horas al día y cinco días a la semana durante los próximos años, con un destino decido desde el minuto cero. Si el proceso de selección falla, la relación falla.
Y si la relación falla… volvemos a empezar desde el principio.
Pero ¿por qué es difícil un proceso de selección? La respuesta corta es que somos humanos. Con nuestros gustos, emociones, sentimientos, tolerancias, capacidades y demás sesgos que nos caracterizan y aunque queramos, no, no le podemos gustar a todo el mundo.
La respuesta más científica es que un proceso de selección es una función matemática con infinitas variables e incógnitas. La parte más psicológica, esa que dice que somos humanos, está muy presente en todo el proceso, pero el estado actual del mercado de trabajo hace que parezca una minucia.
Estamos en una época en donde un perfil de ciberseguridad con 3 o 4 años puede llegar a ser Chief Information Secuirty Officer (CISO) de una empresa; con 1 o 2, ser senior; y un perfil sin experiencia, tener más conocimiento que un equipo de ciberseguridad entero.
Cada vez más, a los perfiles técnicos se les exige tener cualidades como liderazgo o creatividad. Además, por supuesto, de saber utilizar herramientas de BI, saber vender un producto como un experimentado comercial, crear presentaciones a lo Steve Jobs y poder hackear la NASA…
Obviamente, esto es una exageración, pero seguramente a más de uno os ha venido algún caso a la cabeza…
Lo más duro de esta situación es ver a gente brillante y con gran talento opacada por un puesto que no resalta sus cualidades. Profesionales que tienen capacidad para liderar equipos de trabajo pero que el destino (o la mala suerte) los ha llevado a un puesto solitario; a personas con unas capacidades técnicas envidiables pero que no han podido encontrar una buena oportunidad de sacarlas a relucir; a otros tremendamente creativos a los que nunca se les ha dado la visibilidad necesaria.
Desde USOARIT, nuestro principal cometido es lograr que las personas correctas encajen en el lugar idóneo y que puedan crecer. Que puedan formarse para llegar a ser grandes profesionales y llevar su carrera al siguiente nivel. Para ello, contamos con una metodología de selección de personal elaborada especialmente para el sector TIC. Analizada y medida para cada puesto.
En USOARIT nos centramos sólo en lo que de verdad importa: las cualidades que hacen que cada uno brille.